Desde hacía varios meses, volver a casa se había convertido en su mayor deseo.
Y así estuvo con su sueño, enfundado en su traje militar con el que tantas veces salió invicto en sus operativos; la gorra verde olivo en su cabeza, pero con los ojos cerrados, añorando la tierra oaxaqueña.
Pero a casi un año de su retiro oficial, cuando cumpliría 20 años de servicio, Cosme Rodríguez Lucas, Cabo de Infantería, murió. Con glorias castrenses partió el hijo pródigo de Chiltepec.