Juchitán en resistencia, tras perder 600 negocios en el sismo del 7-S

Municipios 19/09/2019 05:30 Roselia Chaca Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 05:32

De las mil 800 unidades económicas que tenía la ciudad, sólo mil 200 siguen adelante

Foto: Edwin Hernández

Foto: Edwin Hernández

Después del terremoto del 7 de septiembre de 2017, a la familia Rosas Córdova le costó un año y tres meses volver abrir el hotel La Mansión, de su propiedad, que sufrió severos daños, tantos, que tuvieron que sacrificar el tercer nivel donde estaba el restaurante, el bar y con él completaban las 43 habitaciones.

“Nos ha costado mucho trabajo recuperarnos. El terremoto nos sacó del mercado. Nuestros clientes, turistas y agentes viajeros buscaron otras opciones de hospedaje y todavía no los recuperamos. Apenas abrimos en enero”, dice el administrador  Gerardo Rosas Córdova.

Como la familia Rosas Córdova, propietarios de otros hoteles, como Don Alex, no han abierto, mientras que  El Gran Hotel Juchitán se desplomó; el Hotel Río, que sigue en medio de escombros, y el Central, que ya abrió, pero vive en la incertidumbre para volver a posicionarse en el mercado turístico.

Menos comercios

Considerado  “el corazón comercial del Istmo”,  Juchitán y su economía aún resienten los efectos devastadores del terremoto, a pesar de que este año se reactivaron las tradicionales Velas, que le inyectan dinamismo al comercio.

De acuerdo con Juan Gilberto Prado Ramírez, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Juchitán,  antes del sismo la ciudad contaba con alrededor de mil 800 unidades económicas activas  (negocios formales de todo tipo); actualmente, reveló, funcionan sólo mil 200.

“Significa de que los empleos que antes generaban, ahora no existen. No tenemos el número de personas que perdieron sus empleos después del sismo, pero sí sabemos que hay menos negocios en Juchitán”, dice.

Para Prado Ramírez, 2018 no fue tan malo económicamente porque los apoyos que otorgó el pasado gobierno federal a las familias damnificadas, como las tarjetas del Fonden, contribuyeron a reactivar la economía local, sobre todo en el rubro de la industria de la construcción.

“Todavía no terminamos de recuperar el dinamismo económico previo al terremoto, sobre todo porque con las protestas de los damnificados, siguen los bloqueos de las carreteras que nos dañan a todos; eso le pega a la economía”, acusa.

Silvia Gómez Orozco no es especialista en economía, pero  se dedica al comercio desde hace más de 30 años. Vendía dulces y fruta en la salida de una  escuela primaria  y cuando el terremoto tiró las aulas, se fue a las calles de la ciudad a vender atole.

Con su experiencia de tres décadas, dice que, para ella, este 2019 ha sido un poco mejor, pero que aún falta mucho para que el dinero circule en la ciudad y en la región. Hace un año, recuerda, no hubo fiestas en los pueblos del Istmo, pero este 2019 sí tuvo oportunidad de vender en algunas comunidades cercanas a Juchitán.

Para Imnacio Zárate, este 2019 ha sido muy difícil para su negocio de guayaberas y pantalones de vestir, a pesar de que hubo Velas en la ciudad. Junto con su esposa, vendía  en la planta alta del mercado 5 de Septiembre.

Su vecino de comercio, Hugo López Bartolo, que se dedica a la venta de  papelería y útiles escolares, señaló que en este año, con el regreso a clases de los alumnos, “aunque sea en espacios provisionales e  inadecuados (...) hay un poco más de ventas”.

Es la mañana del domingo 8 de septiembre, las autoridades federales anunciaron que el Programa Nacional de Reconstrucción continuará para 2020; sin embargo, en las calles aún  hay negocios quebrados y otros que cedieron su lugar a nuevos giros.

“Seguramente pasarán otros años para que Juchitán recupere su esplendor, peri es un pueblo rebelde. Tenemos confianza en nuestra fortaleza”, afirma el presidente de la Canaco

Comentarios