Guardia Nacional profundiza “militarización” del país: especialistas

El antropólogo del INAH, López Rivas, sostiene que el gobierno de López Obrador ha declarado la guerra a los pueblos indígenas para imponer sus proyectos estratégicos como el del Istmo de Tehuantepec

Foto: Archivo EL UNIVERSAL
Estatal 22/06/2019 14:38 Juan Carlos Zavala Oaxaca, Oax Actualizada 14:38

La creación de la Guardia Nacional, contrario al discurso oficial, es la profundización de la “militarización” del país que se inició desde el gobierno de Felipe Calderón, continúo con Enrique Peña Nieto y que se legalizó con Andrés Manuel López Obrador, coincidieron especialistas en un debate realizado esta tarde en el auditorio de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).

Por separado, señalaron que la Guardia Nacional nació como un argumento para combatir la inseguridad en el país en un contexto de violencia, inseguridad, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, violaciones a los derechos humanos; con facultades discrecionales en las leyes secundarias que podrían derivar en acciones arbitrarias y, creado para la imposición de proyectos estratégicos del Gobierno Federal en territorios de los pueblos indígenas.

El visitador de la DDHPO, Fernando Coronado Franco, explicó que el escenario para el Estado mexicano es difícil porque hay una violencia e inseguridad grave en las entidades del país, además de un proceso histórico de impunidad atribuida a las instituciones del Estado; con crímenes del pasado que no han sido resueltos y para los que no hay justicia.

“En este contexto la actuación de un órgano singular (singular por estar conformado mayoritariamente por miembros del ejército) representa un reto para el Estado, en un contexto de desaparición de personas, tortura, violaciones a derechos humanos y la ejecución de personas. La preocupación es porque la Guardia Nacional operará en este contexto”, dijo.

Eduardo Castillo Cruz, académico de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), apuntó que no está a discusión la situación de emergencia por la inseguridad que vive el país, en el que las cifras oficiales ni siquiera se acercan a lo que ocurre en la realidad porque un gran porcentaje de los delitos no se denuncia.

Sin embargo, advirtió que las leyes secundarias que reglamentan la operación de la Guardia Nacional se conformaron en la opacidad, donde no hubo una plataforma de parlamento abierto. Por ejemplo, se le faculta para actuar o intervenir en manifestaciones sociales “cuando se tornen violentas” pero quién califica esto último; el artículo noveno, en otro ejemplo, se le faculta para realizar detenciones, órdenes de aprehensión, investigación, solicitar información a dependencias, independientemente de las encomiendas de la Fiscalía General de la República.

Estas facultades discrecionales, sostuvo, pueden convertirse en acciones arbitrarias como las que se han mencionado: detenciones arbitrarias, desaparición de personas, ejecuciones, violación de derechos humanos, tortura, etcétera.

“Hay que estar al tanto para que no se violen las libertades fundamentales y no se repitan las actuaciones arbitrarias. Dan facultades discrecionales en una línea tan delgada”, manifestó.

El profesor investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) del INAH, Gilberto López Rivas, afirmó que en los seis meses de gobierno de López Obrador, se ha seguido el proceso de militarización con la Guardia Nacional “porque casi en su totalidad está constituida por militares educados para el uso de la fuerza letal, para matar”.

Pero además, puntualizó, que este nuevo organismo es una declaración de guerra a los pueblos indígenas para imponer los proyectos estratégicos en sus territorios que ni Peña Nieto ni Calderón pudieron lograrlo.

Uno de ellos, ejemplificó, es el Programa Nacional para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec; que además, como los otros proyectos estratégicos como el Tren Maya, entre otros, significan la “recolonización” del país para los intereses de Estados Unidos de América, los intereses de los capitalistas y del siete por ciento de la población que concentra la riqueza en el mundo.

“La Guardia Nacional no está hecha para frenar o contra el crimen organizado. Es que eso es tan evidente. La primera misión de la Guardia Nacional es hacer un muro en la frontera sur y norte del país que es lo que quería Donald Trump, en un acuerdo internacional de nuestro canciller francés (en tono sarcástico refiriéndose a Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores de México).

“Estamos siendo utilizados para los intereses electorales de Donald Trump… Estamos en un proceso de militarización, de guerra, de recolonización. Para eso usan las fuerzas armadas, el uso de la fuerza extrema en contra de la población”, dijo.

En este escenario, finalizó, la Guardia Nacional no actuará sola. Para combatir la resistencia de los pueblos indígenas, López Rivas aseguró que el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) opera como “el departamento de Ingeniería de Conflictos de las empresas mineras”, quienes tienen la política de “plata o plomo”.

“La Guardia Nacional es una política muy congruente para la defensa de los Estados Unidos, de los intereses de los capitalistas. El gobierno de López Obrador está plagado de una defensa de los capitalistas con matices religiosos… Nunca hubiera imaginado este escenario”, sentenció el antropólogo de la ENAH-INAH, López Rivas.

 

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