Chester es un pequeño cachorro de siete meses que Ana López rescató. Deambulaba hambriento, asustado, lleno de polvo y con una pata fracturada. Lo recogió en Juchitán, dos días después del sismo.
“No sé lo que pasó, si la familia lo abandonó o si está perdido, pero no lo puedo dejar. Pregunté a los vecinos si sabían de quién era, nadie lo conoce”, cuenta.
Chester tuvo suerte. Tendrá alimento, un hogar y recibirá atención médica, pero en Juchitán y otras zonas el desastre provocó que algunas familias perdieran a sus mascotas o que las abandonaran bajo los escombros.